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¿Correr o no correr, esa es la cuestión

El porqué para mí el correr va más allá que mover las piernas.




Correr es un deporte que ha crecido mucho en los últimos años. Se han formado grandes comunidades de corredores e incluso ya existe una industria de viajes deportivos que pueden organizar una experiencia de viaje a la ciudad donde hay una carrera.


Y ¿cuál es la motivación que nos lleva a correr? Eso depende de cada persona pero generalmente no es el lograr el 1er lugar, ni siquiera llegar entre los primeros, en ocasiones ni siquiera es tener esa medalla que representa haber participado y terminado una carrera. Es simplemente llegar, vencernos y vencer a todos esos no y la negatividad que aparece de vez en cuando en nuestra mente.


Para mí va más allá. Para mí, correr es una terapia, es un momento conmigo, mi momento de inspiración... es MI momento.

Todo comenzó cuando era pequeña. Mi papá es el primer corredor que conocí, corría incluso cuando las carreras eran en la calle, sin seguridad ni protección. No habían medallas por haber terminado la carrera pero se podía leer los nombres de los corredores y el lugar en el que llegaban en el periódico local. Eran tan pocos los que corrían que al llegar a la meta solo tenían que decir su nombre, y la persona que los registraba ponía el lugar y los mencionaban en una pequeña nota del periódico. Mi papá entrenaba solo por la mañana y por la noche lo hacía con el equipo del Doctor que fundó el Maratón de la ciudad de León, Guanajuato y que ahora es muy famoso y cumple 42 años de existir y cada año más de 3000 corredores cruzan por la ciudad.


En sus entrenamientos por la tarde mi papá nos llevaba a mi hermano y a mí a la Deportiva del Estado, un complejo deportivo donde al final. No había forma de ir a ese lugar sin hacer ejercicio y así fue cuando comencé. Sin embargo, la aparición de enfermedades autoinmunes pusieron pausa al ejercicio. Cuando tenía 11 años terminé en el hospital con una crisis asmática y la sentencia de que hacer ejercicio sería complicado y un riesgo para mí. Tiempo después y bajo el acompañamiento médico pude regresar a las actividades y correr un poco.


A los 16 años fui diagnosticada con diabetes tipo 1. Mi familia, mi mejor equipo se activó y ya que el deporte dejaba de ser una opción mi papá tomo las riendas de esa parte tan importante en el manejo de la diabetes y me levantaba tempranito cada mañana para salir a correr. Dicen las memorias que yo iba corriendo y llorando, mi mente tiene un vago recuerdo, creo que seguía d