La importancia de la comunidad que elegimos
La comunidad que nos rodea nos puede llevar a tomar elecciones que, pueden ser buenas pero también pueden tener algún rasgo negativo. De ahí la importancia de reflexionar, observar y decidir cómo queremos que nuestra vida sea para poder elegir la comunidad en la que necesitamos estar.

Hace unos días, tuve que viajar por motivos de trabajo y me encontré envuelta en una comunidad que me pareció maravillosa. No sé si fue coincidencia pero desde el chofer del Uber que me llevó al hotel noté algunas cosas que fueron haciendo click en mi, para bien.
El chofer del Uber, un señor delgado y alegre, me platicaba cómo a sus 78 años (parecía de menos) ha ido incorporando a lo largo de su vida hábitos que le permitían sentirse bastante bien. Cada mañana se levantaba y corría al menos 5km para después tomar un té verde, un jugo de verduras y algo de proteína que podría ser productos de animales más no la carne de animales pues era vegetariano. Durante el día llevaba en su coche una hielera con refrigerios saludables: fruta, verduras, quesos. Nada procesado. Me comentó que comer sano en la calle es más caro pero que, para evitar comer alimentos ya preparados él llevaba consigo lo que necesitaba, "es cuestión de planeación y de compromiso conmigo. Nadie tiene la obligación de interesarle lo que como ni debería interesarle, al único que debería preocuparle es a mí. Me di cuenta que lo que como tiene un efecto claro en mi día". Me dejó sin palabras.
Cuando llegué al hotel abrí el frigobar buscando algo que tomar. Lo confieso, estaba buscando una coca light y mi sorpresa fue ver que solo había agua. Tome una botella y me dirigí a la oficina que estaba a 1 cuadra caminando. Al llegar me encontré con una oficina amplia, no, no habían oficinas para los jefes, todos compartíamos el mismo espacio, solo había dos cubículos para hablar con pacientes, algunas salas de juntas, dos terrazas y la cocina. Al entrar me topé con un gran tapete justo en medio. Era tan lindo que no me extrañó que lo tuvieran ahí, aunque me preguntaba porqué no habría una mesa o algo que lo acompañara. Poco después descubrí que lo usaban para encerar las tablas de surf que se encontraban debajo de la escalera la cual lleva a un balcón donde comen juntos cada día.
Entré a la cocina y encontré un refrigerador si, con agua, no refresco, solo agua. Había café pero no azúcar y los snacks eran saludables, con poca o nada de azúcar y muy naturales. Salí con un café en la mano y una botella con agua y me dispuse a trabajar. Durante los 3 días que estuve ahí no escuché un comentario negativo, de nada, el lenguaje aún cuando surgía un problema era diferente, no eran problemas eran "retos", "formas diferentes de ver" y cómo podríamos encontrar cómo trabajar con ello. "¿Una oficina sin quejas?, ¿un trabajo donde a nadie le interesa cómo vas vestido sino cómo estás y cómo apoyarte a crecer?, ¿es en serio?" pensé.
Pero aún hay más, durante los días que estuve me levanté temprano, eran dos horas atrás de mi horario habitual así que tampoco costó tanto trabajo. A las 6 de la mañana estaba en la puerta de mi cuarto lista para salir a correr y darme cuenta que no era la única en hacerlo. Detrás de una pendiente que estaba justo atrás del hotel se encontraba el mar. El siempre maravilloso y mágico océano con todas las tonalidades azules y ese sonido que simplemente llena la mente de paz.
Bajé y continué corriendo mientras admiraba el paisaje, la brisa y las personas entrando al mar aún cuando el agua estaba helada. Todos iban y venían con un mismo rasgo en su rostro: una sonrisa. Y así, sin darme cuenta ya había corrido 5 kilómetros sin cansancio, sin pensar en el "sufrimiento" o "sacrificio" de haberme levantado temprano. De repente me detuve y lo sentí. ¡Estaba feliz!.
Cuando fui a desayunar encontré que ¡todo tenía verduras y frutas! y comencé a ver más allá y me di cuenta de que las personas durante esos días no tenían sobrepeso u obesidad y tenían algo en